Ingeniosa campaña de IU

Esta es la campaña que han presentado los jóvenes de IU en contra de este bipartidismo corrupto en muchos casos.

15 de Octubre #Globaldemocracy

Manifestación del 15 de Octubre en Alicante y en miles de ciudades por todo el mundo

MOVILIZACIÓN INTERNACIONAL
>>Unidos por un cambio global<<


Manifestación del 15 de Octubre en Alicante y en miles de ciudades por todo el mundo

Día y hora:
Sábado 15 de octubre a las 18:00
Recorrido:
Av. Maisonnave (Junto a Glorieta de la Estrella) – Av. Federico Soto – Plaza de Luceros – Av. Alfonso X “El Sabio” – Rambla Méndez Núñez (junto a la Explanada).

¿Por qué nos movilizamos?

Como muchos de vosotros ya sabréis el 15 de octubre se ha convocado una manifestación internacional para mostrar nuestra indignación ante la pérdida de nuestros derechos, los del conjunto de la población, a manos de las grandes corporaciones financieras y la clase política que de forma cómplice acata las medidas que estas corporaciones imponen.
El llamamiento a esta movilización internacional, algo sin precedentes, parte de Democracia Real Ya, y su objetivo es promover el cambio a nivel global hacia una democracia participativa libre de la injerencia de los mercados.

Este es el texto de la convocatoria internacional:

“El 15 de octubre personas de todo el mundo tomarán las calles y las plazas. Desde América a Asia, desde África a Europa, la gente se está levantando para reclamar sus derechos y pedir una auténtica democracia. Ahora ha llegado el momento de unirnos todos en una protesta no violenta a escala global.
Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos o ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación.
Unidos en una sola voz, haremos saber a los políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestro futuro. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan.
El 15 de octubre nos encontraremos en las calles para poner en marcha el cambio global que queremos. Nos manifestaremos pacíficamente, debatiremos y nos organizaremos hasta lograrlo.
Es hora de que nos unamos. Es hora de que nos escuchen.
¡Tomemos las calles del mundo el 15 de octubre!”

Recortadores profesionales PPSOE

Haití, país ocupado- Eduardo Galeano

Eduardo Galeano

Escritor y periodista uruguayo, autor de ‘Las venas abiertas de América Latina’



Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta: Estados Unidos. Pero Estados Unidos declaró su independencia cuando era una nación con 650.000 esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución estableció que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.
Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra, sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.
Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso Ejército de Napoleón Bonaparte, y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo.
De todo eso sabemos poco o nada. Haití es un país invisible. Sólo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató más de 200.000 haitianos. La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.
Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.
Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó a la esclavitud en el mundo. Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias.
Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el mío (Uruguay), continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar? Pues alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.
Nada nuevo. A lo largo de todo el siglo XIX, el ejemplo de Haití constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa peste se llamaba haitianismo.
Ya en el siglo XX, Haití fue invadido por los marines, por ser un país inseguro para sus acreedores extranjeros. Los invasores empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron 19 años.
El cruce de la frontera entre la República Dominicana y Haití se llama El mal paso.
Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería…
El vudú, la religión que los esclavos trajeron de África y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista de los propietarios de la civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia, atraso, pura superstición. La Iglesia católica, donde no faltan fieles capaces de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin que el pueblo se diera por enterado.
Pero desde hace ya algunos años, las sectas evangélicas se encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en una semana.
En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson explicó en televisión el terremoto del año 2010. Este pastor de almas reveló que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del diablo desde lo hondo de la selva haitiana. El diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles la cuenta.
¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití? Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y desestabilizando a este país que no los quiere.
La ocupación militar de Haití está costando a Naciones Unidas más de 800 millones de dólares por año. Si Naciones Unidas destinara esos fondos a la cooperación técnica y a la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales.
Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe.
Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas, hospitales, y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras sociedades filantrópicas.
Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la libertad.

Este artículo está dedicado a Guillermo Chifflet, que fue obligado a renunciar a la Cámara de Diputados por haber votado en contra del envío de soldados uruguayos a Haití.

Fuente:www.publico.es